El premio es la Jornada.

Una crónica por Oscar Moya A.

El día jueves 8 de setiembre un grupo de integrantes de aldelecr.com partimos de Costa Rica rumbo a Cusco-Perú para vivir la gran aventura de recorrer el Camino Inca el cual llevará a los integrantes por senderos, gradas, restos arqueológicos, selva, sudor y lágrimas desde Ollantaitambo hasta una de las maravillas del mundo, el imponente Machu Picchu, por cerca de 50 Kms caminamos llenos de entusiasmo, expectativa y agotamiento caminamos para conquistar nuestra meta, completar la Jornada.

En horas de la tarde uno a uno fuimos llegando al aeropuerto Juan Santamaría, el primero en llegar fue quien escribe este artículo Oscar Moya, luego los Miranda Xinia y Enaldo, un poco después los hermanos Chinchilla Anabelle y Ramón, seguidamente la familia de Guiselle Valverde (Guis, Mel y don Jorge) de ellos solo Guiselle participaría del Inca Trail.  Un poco después llega Daniel R. y casi seguido de él  Alexander Camacho y luego llegaron los familiares de Luis Chacón , de ellos solo Luis y Manuel (su hijo) participaron; en Lima ya nos esperaban los Pacheco Guillermo y Maritza quienes partieron en horas de la mañana.

Despegamos tipo tres de la tarde llenos de ánimo, expectativa y miedos pero ante todo felices y positivo de completar nuestra meta, sabíamos de una persona más que se nos uniría en Cusco una mujer argentina de la cual hablaremos más adelante.

El vuelo estuvo tranquilo, poco más de tres horas y el capitán anuncia el descenso a Lima-Perú, nuestro transfer al hotel  espera en las afueras del aeropuerto todo estaba coordinado quirúrgicamente por nuestra operadora de la agencia de viajes Vensa, la señora Olga, quien la verdad me impresionó por su dedicación y preocupación para que todo estuviera puesto a punto en el momento y sitio indicados.  En la noche de ese mismo día nos encontramos en Lima con los Pacheco y luego fuimos a cenar como a las 11:00 p.m. algo ligero y a dormir el vuelo a Cusco del día 9 partiría a las 7 deberíamos estar listos a las 5:00 a.m.

El día 9 todos listos en el aeropuerto partimos rumbo a Cusco, apenas 15 minutos de vuelo y por las ventanillas del avión divisamos por primera vez la imponente cordillera de los Andes, un nevado aquí y otro allá, luego vimos más y más montañas nevadas y un inmensa cordillera que se perdía en el horizonte,  solo ver esas montañas hacen que a los que nos gusta caminar como cabras en el monte nos vuele la imaginación y muchos pensamientos salten a nuestro encuentro, alguna persona habrá subido esas cumbres?, será posible recorrer parte de esa inmensidad?, solo pensarlo me pone la piel erizada y hace que me invada un sentimiento profundo de amor por la montaña y solo pueda pronunciar, viendo las cumbres desde la altura, wow, sería una locura pero sería incomparable.

Llegamos a Cusco sin novedad, nos recibió el transfer al Hotel con toda la coordinación precisa de nuestra amiga doña Olga, todo perfecto, nos acomodamos en los hoteles unos en el Del Prado Inn otros aquí y otros allá.  Una vez suelta la mica en las habitaciones estamos listos para la parte que sigue, hacer la coordinación con el personal de Infocusco para la realización del Camino Inka; nos trasladamos a las oficinas de la agencia, que por cierto nos costó un poco encontrarla, y nos recibió una chica que resultó ser nuestro contacto, Giovanna, debo decir que fue extremadamente amable y colaboradora con nosotros, nos brindó los detalles lo que sí y lo que no tendría el tour y otras notas adicionales, nos dijo también, “…necesitamos una charla de coordinación con su guía y para darles a conocer algunos detalles importantes…”, la charla la realizamos el día 10 en horas de la noche, Giovanna  nos presentó el guía del Inka Trail, Rodolfo quien resultó ser una persona súper profesional y conocedora de lo que estábamos por vivir.

Antes de realizar nuestra esperada aventura fue necesario aclimatarnos de manera suficiente para no tener problemas en la altura, tomamos agua como locos más o menos 6 litros al día, Daniel siempre listo con el oxímetro para medir la saturación de cada uno y monitorear la aclimatación, al desayuno era común escuchar frases como éstas:  “venga papillo ponga el dedo a ver como esta su oxigenación”,  “Xinia venga a ver como se está aclimatando”, “Dani, me presta un toque el oxímetro..”, “….. que madre está bajando mi oxigenación debo tomar más agua”,  “…. Ja ja papito estoy en todas oxímetro en 93”.

Como complemento a nuestra aclimatación contratamos dos tour uno que sería al City Tour y otro la obligada visita al Valle Sagrado, para fortuna nuestra contamos con la calculadora humana Alex que consiguió los tour con no me recuerdo cual agencia y nos asignaron una guía excelente, demasiado profesional y una enciclopedia de la cultura peruana, cusqueña e inka, su nombre María.   7 de la mañana del día 10 salimos al city tour con María, visitamos un montón de lugares, a pie visitamos la hermosa catedral de Cusco que estaba a solo una cuadra de nuestro hotel, luego pasamos a Koricancha, restos arqueológicos en el centro de Cusco.  En las afueras de la ciudad Sacsayhuamán (cabeza de puma), Q’enqo (Laberinto), Puca Pucara (Lugar rojizo) y por último Tambomachay (Templo del Agua), todos lugares bellísimos con una historia incomparable y reflejo de esa gran cultura Inka tan arraigada en los habitantes de la ciudad de Cusco.

Día 11, obligada visita al Valle Sagrado de los Incas, 6 de la mañana todos listos y vestiditos como gatitos de cuento, para nuestra segunda aclimatación a mayor altura, María pasó por nosotros puntual y nos va explicando en nuestro “medio de transporte” (como lo llamaba ella) lo que veríamos y las historias alrededor de los diferentes lugares que conoceríamos, Pisaq, Urubamaba, Ollantaytambo donde conocimos una gran ciudad inka que hoy se encuentra intacta con siglos de historia una terrazas de cultivo increíbles, gradas aéreas propias de la cultura inka, rostros tallados en la montaña en fin un lugar imponente.  Posterior a ello conocimos Chincheros, y Apu Pitusiray una villa dedicada a la elaboración de prendas textiles de manera artesanal, conocimos lo ingenioso de sus procesos para teñir la tela, hilar las lanas, confeccionar la prendas, etc. siempre claro, con la amplia y precisa explicación de María.

Visitando estos lugares no perdí la oportunidad de estar en algunos momentos retirado para tratar de imaginarme como serían esas ciudades siglos atrás, Pisaq con sus intrincados laberintos bajo tierra, traté de escuchar el bullicio de la gente de ese entonces, las personas ocupadas en los oficios de la chanca, la elaboración de chicha unos aquí otros allá y todos liderados por el gran Pachacute ocupado planeando como mejorar la ciudad, la vida de sus nobles y su pueblo, aún sin imaginar la inminente destrucción española que les venía a solo meses de distancia.  La raza descendiente de los inkas plena de conocimientos, de costumbres, de técnicas de tallado de piedra  y construcción que han quedado para siempre como herencia de la humanidad en sus templos y habitaciones imponentes, bellas, simples y perfectas, sería masacrada de manera inminente a futuro para obtener cuanto oro fuera posible.  Que ironías de la vida desde ese entonces se creía que el Dios riqueza y poder te solucionaría la vida sin saber que lo más importante es realizar los sueños que tu alma anhela, confiando en que un Dios superior comparte y apoya los sueños de las almas libres.

Lunes 12 de setiembre 4:30 a.m. el teléfono despertador de Daniel suena, yo (Oscar) de inmediato enciendo la luz de la habitación, Alex se tapa la cara con las cobijas, jeje, el corazón se me quiere salir del pecho, la alarma indica el inicio de la gran aventura, el gran sueño esperado por todos, El Inka Trail (Camino Inka) ha abierto las puertas a los 12 ticos y dice, “… bien veamos de que están hechos les tengo guardados algunos regalitos… ”

Separaré mi relato para que usted amigo que lee esto no se me aburra mucho y haga con nosotros esta aventura.

Próximamente: Día 1, La Manchachi y la Montaña Victoria