Huaráz, la Cordillera Negra y Huayhuash
Un relato por Oscar M
Esta crónica no pretende ser muy detallada en algunas partes, en ella trataré de dejar los momentos que más me impactaron y que han quedado grabados en mi mente, en mi persona, en las retinas y en mi alma.
Los primeros días son fundamentales para una buena aclimatación en altura.
Llegada a Huaráz.
Partimos el 16 de agosto rumbo a Lima, Perú, los viajeros nos dividimos en tres grupos, en la avanzada, Daniel, Walter, Anabelle, Alex y Kattia quienes llegaron cerca de las 2 de la tarde a Lima para parrandear un poco y conocer algo del sector de Miraflores. En el segundo grupo los adorables Pacheco (Guillermo y Maritza) quienes llegarían a eso de las 7 de la noche a Lima y esperarían por mi que partí en el último vuelo, mi llegada fue pasadas las 8 de la noche.
Trámite de migración, aduanas y estaba listo para reunirme con los Pacheco a quienes agradezco mucho el esperarme para tomar un taxi juntos a nuestro hotel en el sector de Miraflores. Llegamos a nuestro destino a eso de las 9, dejamos la mica (como decimos en tiquicia) y listos para salir a cenar, estábamos como leones de circo de hambrientos. Preguntamos en la recepción del hotel donde cenar, nos dieron unas direcciones súper extrañas tanto que nunca encontramos el lugar recomendado así que nos metimos a otro que encontró Mari que resultó ser buenísimo, dos causas arequipeñas y un piqueo de mariscos con birras cusqueñas fueron nuestra merecida cena. En el hotel de nuevo, alistamos todo para el día siguiente, luego del desayuno deberíamos estar en la estación de buses Cruz delSur que luego de 8 horas de viaje nos dejaría en el poblado de Huaraz, a dormir y esperar el nuevo día.
El día 17 tomamos un abundante desayuno en nuestro hotel en Miraflores, de nuevo cargamos la mica en 3 taxis ya que el equipaje era mucho, y jalamos a la estación del bus, esto fue muy interesante fue como llegar a un aeropuerto pequeño, pues bien chequeo de equipaje y listos en el súper autobus con asientos cama, tv, wc y servicio de almuerzo abordo, wow. Creo que todos coincidimos en que el transporte resultó ser mas cómodo que en el avión. Partimos a eso de las 9:30 para Huaráz y, cerca de la 1 de la tarde ya llegábamos a la cima del trayecto, el bus nuestro circulaba por un camino digno de un programa de NatGeo rutas peligrosas, aun no se como le hacen los choferes de esos vehículos que se topaban equipo de minería pesada y pasaban a centímetros uno del otro, a un lado la montaña y otro un abismo que en ocasiones superaba creo los 100 metros, pero eso si no le quitan la pata del acelerador, chequeo el altímetro del gps y marcaba 4.100 msnm, de pronto en una curva el primer espectáculo, una sierra nevada imponente, con sus picos adornados de blanca nieve y reflejos de sol que semejaban una postal recubierta de brillante escarcha, altísimas, quietas y por supuesto para algunos de nosostros un sueño por el cual fuimos a ese lugar, las laderas de un color de hierva parduzco, un desierto inmenso de páramo donde de cuando en cuando se encontraban algunas ovejas y pequeñas casitas de piedra. Una combinación de paz y ansiedad invade los corazones de los ocho y se que muchos pensamos, ….. estoy aqui …. la aventura, el reto se nos viene encima.
Las montañas nevadas en adelante seguirían acompañando nuestras vista hasta el regreso a Lima 11 días después, es algo a lo que no me terminé de acostumbrar, como dice mi amigo Daniel, … esa vista es simplemente Wow… contemplarlas evoca una combinación de sentimientos; paz, quietud, frío, poder y por supuesto peligro y respeto, siempre las montañas deben ser consideradas con precacución, y recuerde esto amigo lector, nunca ninguna debe ser menospreciada todas tienen su fuerza y su vida, pueden ofrecerte el mejor de los espectáculos bellos pero también pueden arrancarte la vida de un segundo al otro, tal como sucedió en la antigua Yungai, (poblado cercano a Huaraz) que fue borrado de la tierra en minutos luego que una avalancha del Huascarán provocada por el terremoto de 1970 se llevara a su paso mas de 90.000 almas a una velociad de mas de 250 kilómetros por hora.
Llegamos a Huaráz a eso de las 6 de la tarde, en la terminal nuestro contacto Enrique dueño de www.enriqueexpeditiontours.com, nos recibió con la calidés característica de la gente del Perú, uno a uno nos saludó y se presentó como nuestro apoyo de logística y organizador de los diferentes rides. Nos llevó a su hostal, un pequeños y acogedor edificio de 4 pisos localizado en las afueras de Huaráz, nos ubicaron en diferentes habitaciones y de forma inmediata puso a nuestra disposición una camioneta Toyota para que nos desplazara en el momento que fuera necesario, el conductor, nuestro amigo Sabino, sería en adelante nuestro chofer personal ;o)
Por la noche de ese mismo día salimos a cenar a la Brasa Roja, un delicioso restaurante de comida a la leña y con muy buenos picheles de Pisco Sour, luego de la cena al supermercado a comprar hojas de coca, y agua mucha agua para preparar nuestra hidratación y procurarnos un buen ciclo de aclimatación, el día siguiente 18 fue un día de poco movimiento ya que lo teníamos libre para lograr una mejor aclimatación y tiempo para concer el poblado de Huaráz, éste se ubica al norte de Lima en lo que se llama el Callejón de Huaylas que es un pequeño valle en medio de Los Andes en la región de Ancash, el cual es atravesado por el río Santa que nace en la laguna Conococha (lugar que visitaríamos mas adelante), al oeste se eleva con sus mas de 5.000 msnm la cordillera negra y al noreste la imponente Cordillera Blanca que es la cordillera tropial mas alta del planeta con sus montañas que alcanzan casi los 7.000 msnm, cuenta con cimas demasiado técnicas y reservadas a alpinistas experimentados, posee una de las montañas mas bellas del planeta, El Alpamayo, y otro montón de cimas mas esperando ser conquistadas, como es el caso de Pisco, Hishinca y Huscarán entre muchos otros.
Este día transcurrió pausadamente tomando mucha agua y preperándonos para nuestra primera caminata de aclimantación a la cordillera negra. 6 a.m. del día 19 todos listos a punto para el desayuno y esperar a nuestro amigo Sabino que nos llevaría junto con el guía de montaña Willy a la cordillera negra para nuestra caminata de aclimatación, iniciamos la caminata a 4.100 msnm cerca de la actividad minera canadiense Barrik, los cuales se han encargado de actividades mineras a cielo abierto en la cordillera negra y a cambiar la topografía de montañas imponentes a simples cerros de terrazas y ondonadas llenas de material de desecho. Como buena transnacional, dicen que no tienen un impacto sobre el medio ambiente, lo cual lo pongo en duda, ya que solo es necesario dar una mirada para observar como el paisaje está cambiando, todo por dinero, por cierto que escuchando a los pobladores y las noticias locales, tengo entendido que estos profanos están haciendo proyecciones para, destruir… perdón trabajar en le cordillera Huayhuash, lo cual ruego a Dios y a la Pachamama que no suceda en ese frágil, demasiado frágil y bello ecosistema, pero bueno eso es enano de otro cuento. Cruzamos a pasos las partes altas de la Cordillera Negra para luego iniciar un enorme descenso que nos tomó como 5 horas con un sol de todo el carajo, aunque el aire es frío la radiación es fuertísima. Algunos ya sin agua y otros agoviados del sol llegamos a la parte baja y tomamos un bus colectivo, que es una especie de buseta donde le meten gente a mas no poder, gallinas, chanchos, perros, todo es bienvenido en el colectivo, es una gran experiencia. El camino de regreso en la micro es caliente como toda la gran p….. y un poco lerdo, un niño al lado de mi asiento vio mi gps colgado de la mochila y me pregunta, … que es … yo le dije es un gps esto lo que hace es ubicarnos en un mapa por donde vamos caminando, lo quieres ver, le dije, expresó un tímida sonrisa y dijo entre dientes mmjjjjuuu, fue su entretenimiento por el resto del viaje para ver como la imagencilla se desplasaba por diferentes carreteras del lugar, casi al final me lo devolvió y me dijo, mire ya estamos llegando a Huaráz, yo le dije a que bien gracias.
De a poco llegamos a la avenida Lusuriaga, la cual atraviesa Huarás de este a oeste, y nos dispusimos a la oficina de Enrique para coordinar todo nuestro equipo de escalada y otros detalles, pago del trekking, presentación de guías, etc. En actividades de este tipo no puedes ponerte a jalar para atrás mucho con los gastos, recuerde que en un glaciar lo menos que puedes perder son los dedos de los pies por congelamiento, un caida por un equipo defectuoso no se puede permitir. Al principio todos pujamos por zapatos y escoger los crampones (picos de los zapatos) que mejor se acoplen y por supuesto que pesen menos, piolets, arnés, guantes y mas; unos conseguimos zapatos en la oficina de Enrique otros debieron ir fuera, a otras agencias, al final todos ya con los equipos listos procedimos al pago correspondiente, en ese lugar también conocimos al señor Pelayo un peruano de mediana estatura, moreno, de quieta y penetrante mirada y con un cuerpo al mejor estilo sherpa de los Himalaya, Enrique lo presentó diciendo …. «chicos el es Pelayo quien será su cocinero y además es un experimentado guía de montaña en escalada con mas de 20 años de historia en las montañas….» descripción que se le quedó corta a la experiencia de este hombre en escalada, sobreviente de avalancha en el Huscarán y responsable de subir varios grupos al Alpamayo, Diablo Mudo, Pisco, Ishinca, Santa Cruz y otros mas de los cuales no recuerdo bien el nombre, asistente en la filmación en la película Tocando el Vacío, en el Siula Grande y otra gran cuota de subidas en hielo, mas adelante descubrimos que sería el guía en nuestra escalada final. A punto todo, nos fuimos cenar y luego a descansar, esa noche sería la última en una cama por los restantes 9 días y además sería la última en un lugar calientito, en adelante, la tienda de campaña, mi bolsa de dormir, el colchón portatil y un montón de ropa para calentarme sería mi dormitorio.
El despartador sonó a eso de las 5:00 a.m. la partida estaba pactada a las 6:30 a.m. toda la mica lista, baje los cuatro pisos a tomar un desayuno que sería rápido y silencioso, los nervios y la adrenalina estaban detenidos por una frágil represa interior a punto de ser desbordada, los calentadores de gas del comedor con un ligero sonido parecido a una fuga de aire fueron el concierto matutino, solo se esperaba la salida, todos subimos a las habitaciones a bajar el equipaje que no sería utilizado durante el trekking, cierto que Huaráz está ubicado a 3050 msnm pero el solo hecho de subir y bajar gradas con maletas a cuestas te deja exahusto, el equipo fue colocado de manera informal en el transporte ya que deberíamos pasar al centro del pueblo a recoger los guías, y los equipos adicionales, entre ellos contenedores de alimentos y cocinas de gas.
Llegamos al centro del pueblo y de nuevo a sacar todo y disponer la carga de cajas de madera como contenedores, nuestro amigo Sabino con sus 60 años de edad subió la escalerilla de hierro de la micro y se dispuso a organizar la carga, mientras yo en un extremo ataba una cuerda para asegurar la carga, la microbus ataviada de equipaje por dentro y en el techo quedó mas baja de la cuenta, nosotros hicimos una última compra de agua, hojas de coca y otro cosillas mas y estuvimos preparados, y entonces lo esperado…., de pronto la ciudad se silencia, por unos segundos las voces de los vendedores del mercado cercano no se escuchan, los pitos de los taxis, de por si molestos no se escuchan… la voz de nuestro recien conocido guía de trekking Ivan suena en los oidos de los ocho, …. «listos chicos todos a bordo nos vamos a la cordillera Huayhuash…» Enrique me dice bueno Oscar todo listo nos vemos en 9 días, disfruten bastante y sobre todo cuídense, la cordillera siempre tiene sorpresas para todos, me dió un fuerte abrazo y me susurró al momento, suerte amigo que Dios los guarde, aún recuerdo ese momento que fue para mí, como imagino, para un montador el grito de puerta, como decimos en tiquicia.
El señor Sabino puso en marcha la micro y salimos de la ciudad de Huaráz, siempre con la vista de la cordillera blanca a la derecha o de frente avanzamos y avanzamos por carreteras solitarias de rectas y valles del altiplano interminables, vimos lagunas, valles inmensos y pudimos apreciar en toda su magnificencia al gran Huscarán con sus casi 7.000 msnm, siempre recortado por un gran cielo azul, sus cumbres nevadas que te llegan como un reflejo cristalino por el efecto del glaciar sedimentado por años son un paisaje que no te cansas de admirar, proyectan una paz y un silencio que da miedo, sobre todo cuando tienes que inclinar la cabeza hacia atras para alcanzar ver la cumbre de tan imponente montaña. Luego de algunas horas dejamos el camino asfaltado y llegamos a un pueblito llamado Huallanca donde tomamos un sencillo almuerzo a base de seco de ternero y sopa (estuvo digamos que comible), salimos y de nuevo al camino, entramos a una zona al mejor estilo de rutas peligrosas; en este lugar si se topan dos vehículos, uno debe retroceder hasta encontrar un lugar donde pasen los dos y por supuesto a un lado de la vía un gran precipicio por la cual no quisieras rodar con todo y buseta.
Seguimos avanzado y de forma repentina el guía Iván nos saca de los pensamientos diciendo «… chicos al frente la cordillera Huayhuash…» el silencio primero fue total luego una repentina exclamación de alguno de los ocho fue, woooooow a ese lugar vamos, la cordillera estaba totalmente despejada, solo los aglomerados picos blancos sobresalían en el horizonte, el cielo de un azul intenso y diferente a los que había visto, recortaba la cordillera, los picos de blanco escarchado son sin igual, los accidentes geográficos se hacen notar con leves líneas negras, unos picos dominan a otros en altura y sobre todo el gran Yerupajá con sus 6.620 msnm domina la escena, luego a sus lados se lenvatan otras enoooooooooormes montañas como el Jirishanca con 6126 msnm, el Mitaraju con sus mas de 5500 msnm y otros, mucho mas. Observé por largo rato la cordillera, imaginaba como sería la exploración de sus rutas, las aproximaciones y todos los riegos que ellos encierran, pensaba … como un pedazo de roca sin vida propia puede inspirarnos tantas cosas a las almas libres que disfrutan de esta actividad, pensaba también en la vida que esos lugares originan con su constante deshielo en un ciclo interminable, y pensaba como alguna persona puede pensar en destruir un lugar tan sublime y bello de la creación del Todo Poderoso solo por dinero, estos lugares, para los que tenemos la gran suerte de conocerlos, evocan mucha paz mucha felicidad y mucha plenitud que solo se puede conseguir en la intimadad de cada persona, aún cargando sus sentimientos, sus miedos, sus multiples problemas, sus angustias, las ausencias de personas que por una u otra circunstancia no están cerca nuestro pero que guardamos en el alma como el mas incalculable de todos los tesoros.
Al cabo de unas 6 horas llegamos a Pocpa donde tendríamos el primer campamento, hora de descargar la mica, algunos ayudamos a transportar cajas de madera, sacos, mochilas, contenedores de comida y maletas en general, la distancia para la descarga era poco, calculo unos 40 metros hasta la zona de acampada y entrada a la cordillera Huayhuash, pero el transportar la carga te deja sin alienteo, a 4.100 msnm ya la falta de oxígeno te hace jadear y detenerse a tomar bocanadas de todo el oxígeno que puedas. Instalamos el campamento y luego a esperar la noche temprana, una cena rápida, enviar los mensajes de nuestro sistema de seguimiento satelital spot y a descansar, la partida al día siguiente sería a las 6:00 a.m tendríamos que levantarnos a las 5:00 a.m.
La primera noche me dió tiempo para pensar en lo que estaba inciando, pensé en 8 personas que partieron del tropical Costa Rica, y que sufríamos de una primera noche helada de 3 grados centígrados, era solo el comienzo de otras más, pensé en mi familia y puse recuerdos de ellos en mi mente que al final es parte de lo que te mantiene motivado, pense en mis pocos y reales amigos los que de verdad creen en mi y comparten a la distancia conmigo «estas aventuras», y como muchos dirían al mejor estilo tico, «… ese mae si está loco… ir a esos lugares….. nada que ver…» pero bueno son gustos, pensé tristemente en algunas personas que ya no están conmigo y se que a su manera me hubieran apoyado y las cuales siempre me acompañan en el cielo ardiendo como estrellas, luego poco a poco me dormí lo próximo que escuche fue la campanilla del despertador.
Próxima parte.
La visita del Cóndor, la nevada y la vista de Yerupajá